Novias por $30,000

Mientras me hago un ratito para sentarme a escribir sobre las experiencias en Buenos Aires, les dejo este link a un sitio web insólito. No me acuerdo dónde lo encontré pero es increíble.

Se llama «marry our daughter» (casate con nuestra hija) y en pocas palabras se trata de un sitio donde los padres y las madres ofertan a sus hijas. En el sitio se publican las características de la joven en cuestión y el monto de dinero para llegar a un acuerdo.

En la página de inicio hay avisos estilo clasificados con el monto de dinero y las características de la jóven que puede tener hasta 13 años (ver abajo). Según el sitio, que todavía no estoy segura de que no sea una broma, en EEUU todo es legal.

Ejemplo:

Kyra A.
Age: 14 ½,
Location: Southeast

Bride Price:
$27,995

Kyra likes the outdoors, more the open air of the beach or the desert than the woods. She would love to live somewhere away from it all. She is bright and funny and full of life and while she has little direct experience with the opposite sex we have made sure she is aware of everything she needs to know to be a good wife and mother.

http://marryourdaughter.com/index.php

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Feliz cumple

para mi.

Que yo los cumpla muy feliz!!!

muy muy feliz

muy muy feliz

y más feliz.

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Me amigué con el sistema

Esta mañana fui al registro civil. Me atendieron dos señoritas súper amables. Me hablaron del paro y de la situación de los empleados públicos y, sin ningún problema o cuestionamiento, en menos de 15 minutos me cambiaron el domicilio. Además, me explicaron porque es importante tener domicilio en Argentina para conducir un vehículo (porque de cometer un delito o sufrir un accidente el estado debe poder castigarte o protegerte. Sin domicilio acá es muy difícil) y charlamos varios minutos sobre la medida de fuerza y la situación de los empleados públicos en la provincia de Buenos Aires (casi como amigas).

De ahí fui a renovar la licencia de conducir que como estaba vencida desde julio de 2007 tuve que volver a rendir el examen teórico. Estudié un poco los folletos que me dieron y lo pasé. Raspando pero pasé (por suerte porque de lo contrario hay que tomar unas clases de educación vial). Me sacaron una foto, pagué varias cosas, me midieron la vista y me dieron mi nueva licencia de conducir hasta el año 2013!!!!!!!!!!

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Paro activo

(antes de leer este post, ver el anterior)

Entre el martes por la tarde y el miércoles por la mañana llamé a los inquilinos docenas de veces. Dejé por lo menos tres mensajes explicándoles mi situación y pidiéndoles que POR FAVOR me presten una factura. También hablé con la inmobiliaria… pero nada.

Esta mañana segura de que los inquilinos de mi abuela no me iban a ayudar -ya que no respondieron las llamadas ni dieron señales de vida- cambié de estrategia. El registro de conducir se tramita (el nuevo o la renovación) en el partido de tu domicilio. En mi DNI actual figura mi domicilio en Nueva York pero antes de eso tenía domicilio en la casa de mis padres. Así es que, munida de todos los documentos que encontré (desde certificado de nacimiento, dni, pasaporte, facturas, libreta de matrimonio) fui al registro civil decidida a que vuelvan a ponerme el domicilio de mis padres.

Al llegar al registro civil veo que hoy había un insólito paro activo (por favor ver foto).

En mesa de entradas me informan «hoy sólo hacemos algunos tramites nacionales, no hacemos trámites provinciales como cambios de domicilio. Mañana hay paro de otras actividades pero sí cambiamos domicilio.» Me lo explicó dos veces pero aún así no terminé de entenderlo… algo así como que son dos protestas.

Le pregunté si toda la documentación que tenía era suficiente y me respondió: «me parece que con eso te alcanza pero volvé mañana y te confirman». Así es que mañana temprano vuelvo a la carga.

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De huevos y gallinas

Una de mis primeras misiones en Buenos Aires consiste en renovar el registro de conducir. Así, hoy me levanté temprano y fui hasta la sede local del registro del automotor para pedir los requisitos. Volví más tarde para iniciar el trámite pero como era muy cerca del horario en que cierran durante el mediodía (de 12 a 1.30pm) me dijeron que me atenderían por la tarde. Hasta acá bastante comprensible. Estuve floja en no mirar con detalle el horario de atención.

Cuando regresé a las 2 de la tarde, luego de hacer la cola, la señora de informes me dice “Ah! Pero usted tiene domicilio en el exterior… lo lamento pero no puede renovar la licencia acá.” Insistí sin éxito. Le pregunté cuáles eran mis opciones dado que vivo afuera solo en forma temporaria, pero no hubo caso: ¿No voy a poder conducir? ¿Qué hacen las argentinas residiendo en el exterior cada vez que vienen? ¿manejan sin licencia? le pregunté, “ese no es mi problema” me respondió.

Lo único que me supo decir es que el trámite de cambio de domicilio se hace en el registro civil pero que lamentablemente “cerró a la 1pm”. De todas formas fui hasta allí porque en la puerta suelen estár las indicaciones para cada trámite. En efecto, un rato más tarde me encontré con los requisitos para cambio de domicilio que consisten en: llevar junto con el DNI (documento nacional de identidad) una de las siguientes: a) propiedad a mi nombre b) último recibo de un servicio a mi nombre. Quienes viven con sus padres deben presentar el testimonio de certificado de nacimiento que otorga el registro civil al nacer. No el certificado de nacimiento.

¿QUEEEEE? ¿Testimonio de certificado de nacimiento? “Es la primera vez que lo escucho”, dijo mi madre. A nosotros sólo nos dieron un certificado de nacimiento.

Cuestión que para las 2.30pm mi primera misión en la Argentina parecía un fracaso total. Más tarde me acordé de que mi abuela puso el teléfono de un departamento que alquila a no sé quién a mi nombre. Llevo horas tratando de comunicarme con los inquilinos de mi abuela para que me presten el último recibo pero hasta ahora ni noticias.

Actualizaré.

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Desde Buenos Aires

Llegué y llegué muy bien. El vuelo fue un poco largo pero fuí de las primeras (sino la primera) en bajar del avión, pasar por migraciones y detectar sus valijas. Sin titubear, agarré todos mis bultos y corrí a la salida. Tan rápida que nadie me paró para ver qué llevaba (hacía dos días que casi no dormía pensando en cómo hablar con la muchachada de la aduana argentina).

Mi mamá, mi papá y mi hermano E me abrazaron fuerte, me dieron muchos besos (sin lágrimas, gritos, o aplausos porque mi familia es del tipo «reservada») y partimos. Durante sábado y domingo descansé, ví a algunos de mis seres queridos y comí asado.

Estoy, y me siento, como si fuera mi casa.

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En tránsito

Mañana -si no se cancela el vuelo, se estrella el avión, o alguna de esas cosas siempre plausibles- estaré en Buenos Aires. Hace ya casi dos años (o como dicen las madres primerizas, 22 meses) que no estoy por allá y me intriga mucho ver qué cosas me sorprenderán, qué cambios encontraré -si es que hay alguno.

Por eso, cuando tenga un poco de tiempo, durante mi estadía en el otro hemisferio actualizaré este blog contando esas cosas que pueden llamarle la atención a una viajera que vuelve después de un tiempo…

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En el día mundial del medio ambiente

Hace un rato estaba caminando por la 34 y de repente veo que toda la gente (que era mucha) se detiene y empieza a mirar para arriba. Había un hombre trepando el edificio del New York Times.

Cuando llegué a casa me enteré de que no había sido el único. Uno lo hizo por la mañana y otro por la tarde. El de la mañana era un activista y escalador profesional (había escalado 70 edificios antes) y lo hizo con la intención de llamar la atención sobre la problemática del medio ambiente. Al subir colgó un cartel gigante con la leyenda «global warming kills more people than 9-11 every week».

El de la tarde parece que lo hizo en forma más desprolija y tardó mucho más. Tenía una remera con una leyenda sobre la muerte por malaria y dijo que al estar en las noticias la gente se preocuparía por el tema.

En los dos casos, al llegar al último piso (52) los arrestaron.

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Cine en casa

Luego de varios intentos frustrados anoche por fin terminé de ver «Seda» (o Silk), la película del libro homónimo que hace algunos días comenté. Tal como varias personas me adelantaron es un plomo. La ví en etapas porque todas las noches me quedaba dormida más o menos en la misma parte. No vale la pena.

El film que sí me gustó mucho es «Lust, Caution» (no sé como la tradujeron al español) del la directora director Ang Lee. La historia transcurre entre 1938-42 en una Shanghai ocupada por los japoneses. Un grupo de jóvenes universitarios chinos intentan asesinar a un alto funcionario político que colabora con el gobierno japonés. Para lograr el objetivo, una de las estudiantes se involucra en un juego de seducción y suspenso interesante.

Los colores y los sonidos de la película son un poco sórdidos. En mi caso eso funcionó bien y logró que me atrapara y sintiera el suspenso, la intriga de la trama. Lo mismo me pasó con las escenas de sexo -aunque son algo extrañas (mirenla y cuentenme su opinión).

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En NYC con auto

Desde hace unos días estamos con auto (prestado). No recuerdo si alguna vez conté sobre las dificultades para encontrar estacionamiento en esta ciudad: que siempre hay varias personas buscando a la vez, que hay muchos lugares donde no se puede estacionar y que en todas las cuadras hay por lo menos un día a la semana en que hay que mover el vehículo para que pase el camión de limpieza. Es decir, la cuadra sur tiene un cartel que dice «street cleaning Monday from 11 to 12.30»; la cuadra norte los martes y jueves; la del este los miércoles y así sucesivamente. Eso quiere decir que el día que sea, en cierto horario, no puede haber ningún auto en esa cuadra porque te ponen una multa o te lo remuelcan. Y nunca fallan.

Por ejemplo, uno de mis profesores vive en una cuadra en la que debe mover el auto dos veces a la semana entre las 8 y las 9.30am. Dado que es tan pero tan difícil encontrar estacionamiento en esa zona, él y sus vecinos -cuando consiguen un buen lugar- esperan con el auto en marcha, al lado del lugar que consiguieron, hasta que el horario de limpieza termine.

Nosotros ayer estacionamos bastante rápido y a tres cuadras de casa. El tema es que hoy a las 11am había que moverlo. M se fue hace 35 minutos y todavía no volvió… está dando vueltas en busca de un lugar para estacionar. Espero que consiga pronto. Hace unos días, tardamos más de una hora en conseguir*.

Nota aclaratoria: mi registro de conducir está vencido así que siempre sale M a buscar lugar. Por otra parte, aún si mi licencia de conducir estuviera en fecha creo que iría M porque además de paciencia hay que tener una destreza singular para «encajar» el auto en lugares mínimos y no matarse con otro humano que también quiere ese mismo espacio.

* Consiguió lugar después de 45 minutos.

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De retornos

Acá estoy otra vez. Terminando varias cosas y preparando un viaje a Buenos Aires que será, como mínimo, muy intenso. Voy a conocer nuevas personitas, nuevas casas, nuevas parejas, nuevas identidades, participar de rituales varios, trabajar y comer carrrne (afilen cuchillos). Confieso que todo el asunto «viaje» y los compromisos sociales y laborales me asustan un poco. Vamos a vivir en varias casas diferentes y eso está bueno, pero no tanto. En fin. A otro tema.

Hoy fuimos a una tienda a devolver una valija que habíamos comprado hace unos días y, luego de ver en otros lugares, ya no nos gustaba. Mientras hacía la cola de «returns» me acordé del miedo que tenía hace casi dos años cuando fui a devolver un colchón inflable que habíamos usado varias noches y empezaba a fallar.

Creo que acá «todo» es retornable. Es decir, podés comprarte hasta un paquete de galletitas y devolverlo si no eran lo que esperabas (presencié esa situación en un supermercado). Te preguntan el motivo, no importa cual sea, y listo. Conozco varias personas que compran un producto -como un secador de pelo que se olvidaron- lo usan los días que lo necesitan y luego lo devuelven. No es lo «correcto» pero que se hace, se hace. Ya no puedo imaginarme la vida sin «devoluciones».

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