Como ya conté, la Nochebuena estuvo fantástica. M y yo solos, cena romántica con velitas, regalitos… No sé qué esperaba para la llegada del año nuevo pero seguro que no la voy a olvidar jamás.
Amy se fue unos días de la ciudad y nos dejó su auto. Es viejito así que sabíamos que había que tratarlo con cariño. Pero no contábamos (o no tanto al menos) con lo que nos pasó. En el camino a la cena de fin de año –en la Brooklyn-Queens Expressway, una autopista muy concurrida– y cuando ya estábamos llegando pinchamos. Íbamos todos: los Patas, M, Hernán, los vinos, las cervezas, los bon o bon, las albondiguitas, la tarta, el budín y yo. Debía haber algo en la ruta porque junto con nosotros pincharon otros cinco autos.
Cambiar las ruedas en la autopista está prohibido así que un patrullero (conducido por un gordito uniformado típico de las películas) se aseguraba que nadie lo hiciera. En su lugar, el oficial de la NYPD cortaba el tránsito a discreción para dejar paso a los remolques que entraban de contramano a recoger los autos. Los remolques “de caza” te ofrecían llevarte hasta la bajada más cercana, un poco más de un kilómetro, por la módica suma de $80.20. Obviamente no aceptamos y seguimos así, pinchados. Ya estábamos muy cerca.
Fuimos muy despacito hasta una estación de servicio. El tema es que la rueda de auxilio también estaba mal así que no podíamos cambiarla (esto lo sabíamos de antemano pero M y yo somos así). Inflamos (bueno, inflaron) la pinchada y seguimos.
Comimos, brindamos, seguimos comiendo, brindando, conocimos alguna gente interesante y nos fuimos. La rueda estaba otra vez desinfladísima. Yo soy absolutamente inútil para todo esto pero era obvio que la rueda no daba más. Apenas si pudimos llegar hasta la estación de servicio. Eran las 3 de la mañana del 1 de enero, hacía frío y, obvio, yo estaba con vestidito y unas botas para no caminar. Por supuesto los reproches iban y venían: “cómo no te fijaste antes”, “sabías que la rueda de auxilio estaba mal”, “yo te dije que así no podíamos andar”, “vos no dijiste nada”…
M, la rueda pinchada, nuestras caras de c… y yo fuimos a buscar un taxi para llegar hasta una estación de servicio que nos dijeron estaba a unas cuadras y vendía ruedas las 24hs los 365 días del año. Dimos varias vueltas en taxi y nunca la encontramos. Volvimos. El taxista tuvo la mala idea de hacerse el simpático -seguro que esperaba una compensación por ser año nuevo- y en lugar de decirnos la tarifa del viaje (no tenía reloj) dijo “páguenme lo que consideren” (por suerte los Patas no estaban). M dijo “7 dólares” (y a mí me pareció una cifra más que razonable. Creo que en un año y medio debe ser la segunda o tercera vez que tomamos taxi y nunca solos). El tipo casi se muere. Me dice, “¿cómo? Este viaje es un mínimo de 30”. Nada… discutimos, nos peleamos, pasamos un mal momento y se fue con 10.
Dejamos el auto en la calle, a metros de la estación de servicio, y volvimos a casa en subte. Mientras esperábamos al tren, el Pata prendió un cigarrillo. De la nada apareció un oficial y le pidió documentos. No pasó nada pero las caras de c… y los reproches se multiplicaron. Al llegar nadie se hablaba con nadie.
Hoy ya es otro día. Queda ir a comprar la rueda y buscar el auto pero ya somos todos amigos y el año mejora. Y, como dijo mi amigo Hernán “después de esto, 2008 es sólo cuesta arriba”
JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! Noooooooooooooooo!!!!!! Claro, esta es la típica anécdota divertidíima para contar y odiosa de vivir !!!!!! Pobres todos!!!!! No da!!!!
Pero bué, al menos estaban juntos en familia y como sabiamnte dijo Hernán: después de esto es cuesta arriba!!!!!
JAAAAAAAA lo voy a volver a leer, es increible lo que les pasó!!!!
(ah… y el título me copa.. Amo esa película ! )
Cosas que pasan.
Dá risa leerlo, pero no hace ninguna gracia mientras lo estás sufriendo.
Bueno, eso ya pasó, te deseo muchíiiisimos días mejores.
Es así… lo bueno es recordarlo con una sonrisa… y la próxima asegurarse de tener la rueda de auxilio en condiciones (aún con auto presatado!!) jajaj
Feliz año nuevo!!!!
No peleen por lo de las ruedas, a nosotros dos nos hubiera pasado igual!!
Es más, ahora antes de salir a algún lado voy yo al mecánico y reviso las cosas del auto, se que Gabi no lo va a hacer.
Felíz año y a seguir disfrutando!
Gracias por la buena onda!!!
Chili, que bueno que ya lo resolvieron! Y el 2008 solo puede mejorar!
Ayyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!!
Para colmo con frío, yo solo por eso soy socia del ACA desde hace un montón de años, me aterroriza el encontrarme en situación de no poder aflojar las tuercas de la rueda, (como ya me pasó), que no funcione el cricket y que la de repuesto este arruinada.
Son situaciones especiales para películas italianas!!!. Eso de dejarlo estacionado hasta el otro día fué muy astuto es una buena opción a considerar como primera medida en un evento futuro (lo escribo cruzando los dedos, para que no ocurra nunca!).
Jajajajaja, a mi también me pasó algo similar. Es horrible. Yo estaba con mis chicos, bastante chicos. Pinché dos veces en el mismo día. Yo era socia del ACA, pero la segunda fue en la autopista y no dejan entrar grúas privadas. Me c……… llamando S.O.S y no me daban bolilla!!! Los chicos al borde de la colectora y yo con los nervios de punta y algo más. Ni te cuento el bolonqui que armé…….. Fue todo al cuete pero me di el gusto.
Lo de estacionarlo y dejarlo fue la única opción (eran las 3.30 am del primero de enero) y lo cierto es que no sé si es negocio. En fin…
Uy! Qué comienzo! Estoy de acuerdo con Hernán: ahora viene todo lo bueno, jejejeje. Y sí, un bajón pero una anécdota al fin y al cabo.
Muy buen año, Chili! Lo mejor para vos!