Se fueron mis amigas.
Durante cinco días y provistas de varios libritos-guía recorrimos muchísimos rincones de la ciudad. Fuimos a restaurantes, bares, cafés y clubes (lugares para bailar). Nos metimos en negocios, edificios y subtes rumbo al norte, sur, este y oeste. Hablamos y hablamos durante horas sobre cine, libros, política, maquillaje, cremas, conflictos sociales… pero sin duda el tema más recurrente fueron los «hombres». En realidad, los varones en relación con mujeres atractivas, inteligentes, desinhibidas, profesionalmente exitosas y sin apuro.
Vaya que las voy a extrañar!
El lunes de mucha lluvia fuimos al Guggenheim. No era nuestra primera opción pero ese día muchos museos es
tán cerrados y, oh sorpresa, nos encantó.
El edificio en sí mismo es un espectáculo (el exterior no se puede ver porque lo están reparando pero con el interior me alcanzó). Lo construyó Frank Lloyd Wright en 1959 para albergar obras de arte abstracto. Una visita las galerías a medida que va caminando por un pasillo en forma de espiral. Lindísimo. Sin embargo, la guía (mis amigas prefirieron ir por su cuenta pero a mi fascinan las visitas guiadas) contó que algunos artistas se han quejado (típico!) porque la estructura ensombrece a las obras de arte. Además, parece que el edificio en forma de espiral ascendente también genera problemas de circulación cuando hay mucha gente.
A mí me pareció hermoso y las exposiciones una maravilla. Entre las colecciones permanentes hay trabajos de Picasso, Chagall, Kandinsky, Van Gogh, Monet, Degas y otros tantos.
De la exposición temporaria (que va a estar hasta agosto) me fascinó el divisionismo o neo-impresionismo italiano. Es arte político-social puro. Hay obras de Emilio Longoni (1859-1932) y de Angelo Morbelli (1853-1919), entre otros, que hacen referencia a las luchas obreras de principios del siglo XX. Me conmovieron.
Título: For Eighty Cents! (Por ochenta centavos), Morbelli, 1895
Edu: mi inteligencia en Argentina.
Chili soup 